Wednesday, April 3, 2013

Furgoneta, y de vuelta a Irkutsk

Es lunes, pero éste no es como los lunes de rutina, ¡éste es un lunes al sol! Efectivamente, hace sol, aunque un velo de delgadas nubes atenúan levemente su resplandor. Me levanto pronto, y bajo a desayunar antes de que termine el periodo "de gracia" en el que la primera comida del día es gratis. Mochila al hombro me dirijo a la parada de la furgoneta, ésta pasa en poco tiempo, partimos hacia Irkutsk. Gran momento de descanso y de contemplación paisajera (¡...pese a los baches!).

El viaje se hace largo, paramos un par de veces, una de ellas en un puesto de piñones y otros frutos regionales de pequeños vendedores al borde del bosque. Llegamos tarde a Irkutsk, la furgoneta me deja cerca del Baikaler Hostel. Vuelvo al cuarto en el que estuve anteriormente, y ésta vez está más concurrido, y merodea por el lugar gente de medio mundo, está lleno: una chica eslovaca viajando sola, una pareja de jubilados occidentales viajando a Mongolia en tren transiberiano por iniciativa propia, un montañero catalán, un par de chicas inglesas de Londres, etc.

Tras atar cabos sobre mi próximo destino, Ulan Ude, me acerco a la cocina, abarrotada de gente que intercambia sus experiencias con entusiasmo. Emoción y excitación. La pareja de jubilados relata su experiencia y anécdotas en el tren, en el que han viajado desde Moscú en segunda clase, con compartimento cerrado, no dando mucho pie a socializarse. Cuentan también que se hicieron con el billete del tren mediante una agencia, lo cual viene a ser cómodo y prudente si no sabes ruso o cómo funcihttp://viajesurdesiberia.blogspot.com/ona su red ferroviaria, pero es también más caro. Este trámite se puede hacer por un intermediario via Internet.

La chica eslovaca ha venido en tren también, pero en plaskart o tercera clase, y gustaba adentrarse en las montañas circundantes a la línea ferroviaria, esta vez cerca de Kultuk. Ha estado en Listvianka, un destino turístico ruso típico, pero no la ha impresionado, "nada extraordinario", asegura. Otro viajero cuenta sus peripecias en la frontera ruso-mongola, el cambio de tren, y cómo consiguió comprar el visado allá mismo tras una espera que no venía a ser muy larga y a un precio asequible.

Luego, tengo la ocasión de tener una charla más extensa con el viajero catalán. Este aventurero, de habla sosegada y mirada lúcida, ha utilizado sus vacaciones para acometer un viaje aventurero. No obstante, el hombre tiene mi edad en el momento del viaje, unos 37-38, tiene mujer y por lo que puedo recordar también tiene hijos, vamos un fenómeno de la naturaleza... No sé cómo tiene la situación en casa a varios miles de kilómetros, pero en cualquier caso ha preferido aventurarse y "perderse" tres semanas por el monte cual superviviente, recorriendo las montañas al este del lago Baikal, las más agrestes, las menos antropizadas y con zonas de permafrost. Me cuenta que en todas esas semanas apenas se ha cruzado y hablado con dos o tres personas... Bueno, estamos a finales de agosto, el tiempo es templadito, y no es la única vez que realiza una peripecia semejante, conoce el oficio y me cuenta que ha realizado otras experiencias montañeras de mismo estilo. En fin, ¡hay que tener valor!